Panorama Mundial

domingo, 5 de junio de 2011

Lobos en Traje de Corderos.

Lobos en traje de cordero
Diego López de Áviles
Primera parte. Una introducción que huele a divagación
La verdad os hará libres

Juan 8,32






Mi labor como cronista se debe a mi interés por pagar a mi país informando a los lectores de este espacio. Tal vez es parte del amarillismo o, mejor dicho, el morbo de las personas lo que alienta a seguir los blogs o periódicos donde se muestran los cuerpos de las víctimas del crimen organizado, como si se trataran de trofeos o, en su lugar, premios a los periodistas por la labor de mover el sentimiento o la repulsión. Apuesto más a lo segundo, pero ¿en qué momentos los periódicos se han convertido en cuna del arte de violentar a los demás? Si me dicen que muchos periodistas son artistas del morbo, brindo por ellos en una copa de oro y, después, morderé la manzana de Eva.
Antes de ser lo que soy, trabajaba de periodista y es una labor bellísima, es cierto que lo es. Lo que me impulsaba a serlo es, básicamente, el bello acto de informar al público, no con el fin de estar en una postura soberbia de sé más que tú, sino comparto lo que sé para que seas crítico. Mi perspectiva del periodismo serio es volver al lector un ávido crítico de lo que le rodea, informarse para conocer y comprender lo que hay en su propia realidad y no andarse, como dicen en mi pueblo, por las ramas. Idealistamente, el periodista, como el escritor, salvaguarda la verdad. ¿Será cierto? Es la pregunta que me insta a pensar o lo que me motiva a reflexionar.
Si bien La verdad os hará libres, como también Mi padre era escritor, te habría agradado, porque decía que los escritores mienten para decir la verdad, esta última una cita aproximada de lo que se dice en V de Vendetta, ¿qué clase de libertad da el periodista? La libertad, en cierta manera, de invitar al lector de ser crítico. Pero ¿qué sucede cuando esa libertad está manchada de amarillismo o, en cierta manera, de mentira e ilusión? Una libertad a medias, como la fábula del lobo con traje de cordero. Limpio la imagen: es una libertad conducida, a mi manera de ver, puesto que hay una trampa, ya sea puesto con intención o sin ella. Esta clase de libertad (me refiero a informarse) implica de lleno una serie de responsabilidades, como tomar partida o decisión en lo que atañe a la vida pública. Al parecer me estoy desviando de lo que digo, pero, lector, créame, tal vez tenga sentido mi discurso que le presento. Mi mayor pecado es divagar por los senderos del conocimiento, pero necesito que me siga y lo cogeré de la mano.
En principio, hay que dar a entender o poner sobre el plató del estudio televisivo la importancia de la palabra. El discurso es lo importante para llegar a la verdad, palabras y más palabras, todo está lleno de palabras. Mentimos con palabras, comunicamos con palabras, pero, también, decimos sin palabras, empleando otro tipo de lenguaje. La palabra abunda en la sociedad y es la base de la comunicación aunque, no necesariamente, la palabra deba ser oral ni escrita. Suele estar vedada por la comunicación no-verbal, pero eso es un traje de sastre que, por el momento, no deseo colocarme. Los periodistas son instruidos en el arte de la palabra —aunque es cierto que existen lobos vestidos de cordero o simplemente falsos periodistas— para emplearla con una gran maestría —la pluma es más fuerte que la espada—, pero en sí ¿qué es el arte de ser periodista? Informar a la gente, aunque se ha caído en la tergiversación del mensaje o el falsearlo con fines políticos. Acuérdese del principio de la lambisconería: “admirad a la Autoridad y serás bien recompensado”. Acuérdese, con esta frase que parece matona, la existencia de periódicos oficiales e independientes. Pero lo anterior no se tome como un ataque directo a los periodistas en general, sino a ciertos periodistas, a los que llamo lobos vestidos de cordero.
¿Quiénes son esos hombres que escriben con traje de cordero y piel de gallina? Periodistas que vendieron su alma al diablo para mostrar una (ir)realidad muchas veces plagado con miedo, astucia y lambisconería. Me llama mucho la atención la primera vez que viajé en metro en la Ciudad de México: hombres y mujeres leyendo periódicos amarillistas, claro ejemplos de periodismo torcido, jugando con el vocablo dado por C.S. Lewis en Trilogía Cósmica, en el sentido de que juegan con el discurso para alentar el morbo o, en su lugar, violentar —lo que me da risa es que se han vuelto artistas de la violencia—, empleando un discurso muy soso y poco serio, acompañado de fotografías de cadáveres al mero estilo de Darío Argento y muchos cineastas italianos del cine giallo[1]. Estos periodistas, siendo concretos, malversan el arte de la palabra para accionar el morbo —tal es el caso de muchos artículos escritos en Proceso, en especial el número dedicado a las fosas encontradas en Tamaulipas—, pero esto puede tener una explicación muy interesante. Mercado, todo se ha vuelto un objeto de compra-venta, vender y vender, pero ¿en qué clase de mundo estamos? Precisamente en un terreno donde el dinero es lo importante, dejando de lado ciertos pensamientos abstractos tales como el amor, el respeto y la paz. Aunque, también, es el reflejo de la sociedad en que vivimos. México se encuentra en una guerra, impulsada por el Gobierno Federal contra un Briareo armado, contra el crimen organizado. Avanzando la reflexión, me doy cuenta de que el periodista en traje de borrego no es más que un resultado de ciertos impulsos donde la violencia está a la orden del día, aquellos hombres que sólo le dan al lector lo que se le pide, como solía decir Lope de Vega, el público como un monstruo a quien hay que alimentar con lo que pide. Entonces, si el público insta a buscar violencia o a devorarla con salvajismo, no le queda de otra a muchos periodistas a alimentarlo con ello, pero ¿qué hacer para romper con ello? ¿La paz? Son preguntas que, realmente, me motivan a pensar más allá y a indagar sobre la importancia o la no-importancia de la mercadotecnia en el periodismo actual. Preguntas que deseo responder con puntualidad y con cuidado.


[1] El cine es el reflejo de la sociedad moderna, como anteriormente lo fue el teatro. Este subgénero cinematográfico es una derivación del thriller y del cine de terror. Para mayor conocimiento, sugiero las películas:    L'uccello dalle Piume di Cristallo,  Il Gatto a Nove Code y Quattro Mosche di Velluto Grigio, todas dirigidas por Darío Argento.

DERECHOS HUMANOS: UNIVERSALMENTE ACEPTADOS, UNIVERSALMENTE INCUMPLIDOS

                                                                              by Anahí Sandoval.




             Aplaudidos por muchos, los gobiernos se especializan en firmar (y en conocer a la perfección la diplomacia de la simulación) acuerdos y leyes para garantizar el bien común de los ciudadanos, tal es el caso de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, aprobada y proclamada el 10 de Diciembre de 1948;  en ese entonces el mundo se recuperaba de los estragos de una guerra y se anhelaba un mejor futuro para todos; sesenta y tres años después y con algunos avances a favor, continúa la lucha alrededor de los treinta artículos que componen dicha declaración, artículos que hablan tanto de los derechos políticos y civiles, así como de los sociales, culturales y económicos; los cuales nos pertenecen a todos sin distinción alguna.

Los DH en síntesis, son los que tiene el ser humano por el hecho de serlo y son condiciones universales que deben ser garantizadas, es importante señalar que es el estado por medio de quienes nos gobiernan, los responsables de hacer respetar y valer nuestros derechos humanos y a su vez  los que los violan, por ejemplo, si se hablase de cualquier persona ajena que no dependa del estado y ya sea que secuestre, torture o atente contra cualquier derecho no estaríamos hablando de violación de los derechos humanos, estaríamos frente a un delito.


¿Y en México?

             En un país dominado en su totalidad por los intereses políticos y económicos de quienes nos gobiernan, no podemos propiamente hablar del respeto a los Derechos Humanos. Es inconcebible e inaceptable que la importancia del hombre por el simple hecho de serlo haya pasado a ser determinado a partir de los puntos de interés que resaltan entre una minoría.
El estado Mexicano alardea de firmar todo documento relacionado con la salvaguarda de estos, tal pareciera que vende como mercancía una falsa imagen frente a la comunidad internacional; a la par vemos como los distintos medios de comunicación difunden entre nosotros trágicos mensajes que son un espejo de la repetida y notoria violación de estos derechos. Analfabetismo, trabajo infantil, discriminación, impunidad; son noticias que sacuden poco a poco nuestra sensibilidad hasta llegar a agotarla.

En el informe más reciente de Amnistía Internacional (organización no gubernamental que trabaja para promover los derechos humanos) se refleja una realidad aterradora para el país
"En las comunidades pobres de Latinoamérica y el Caribe, la violencia de las bandas delincuentes y los métodos corruptos, represivos y discriminatorios empleados por la policía afectaban a millones de personas…", precisó Amnistía Internacional en el informe del año 2010
 Estamos sumergidos en una situación preocupante, invadidos por el crimen organizado, evidentemente más organizado incluso que el propio gobierno, y como respuesta a esto están los atropellos que emanan de la acción de las fuerzas militares para combatirlo; la manera de impartir justicia, entre otros hechos que alertan que no se está poniendo freno a esta situación, al contrario, va en aumento; esto lo sabemos porque cada vez son más las historias de civiles inocentes que perdieron la vida tras encontrarse en medio de un enfrentamiento entre elementos de las fuerzas militares y delincuentes.

< Artículo 3: “Toda individuo tiene derecho a la vida, a la seguridad y a la libertad de su persona” >
Es evidente, artículo pisoteado ¿Cómo pueden ser las autoridades (obligadas a brindar un estado de seguridad), las mismas que justifican la muerte de un inocente argumentando un “fuego cruzado”?

Frecuentemente vemos en los noticieros nacionales a las familias de tales victimas que con un semblante de sed de justicia imploran la misma, participando en marchas en pro de la paz. Pero hasta el momento no hemos visto a ningún elemento militar o judicial encarcelado; o a algún culpable directo cumpliendo pena alguna.
Bajo la coartada de la lucha contra el narcotráfico, son muchas las muertes que están quedando impunes.

Conocidos por pocos, garantizados para menos.


México es un país con una marcada desigualdad social en donde la riqueza de una parte de la población hace notorio contraste con la miseria en la que viven un número alarmante de 
familias en situación de pobreza extrema.Si bien, sabemos que la forma más viable que tenemos los ciudadanos para exigir que no se atente contra los derechos humanos es primeramente conocerlos, y que un camino para llegar a esto es inculcárselos a los niños a través de las escuelas para lograr que no haya una sola persona que no sepa que tiene derechos que nadie le puede arrebatar, escuelas que son prácticamente inexistentes en algunas zonas del país, inexistentes o sumamente alegadas de 
los poblados.

Es desalentador que en algunas zonas indígenas de Oaxaca, Chiapas, Tabasco, entre otros estados; se piense siquiera en las formas para implementar tal difusión cuando no se puede siquiera garantizar un nivel adecuado de vida, estas son zonas donde diariamente mueren niños por una mala o ausente atención médica, donde la mujer embarazada da a luz sin nadie que la atienda, donde el saber leer es considerado un lujo y no un derecho, donde el jornalero es explotado en condiciones de trabajo infrahumanas, donde las personas no viven, simplemente sobreviven.

No podemos hablar de formas de difusión de las garantías individuales cuando la principal preocupación es darles de comer a los niños que minuto a minuto se están muriendo de hambre. No hay nada con más prioridad que el derecho de las personas a vivir con dignidad.
De acuerdo con cifras de la CEPAL en la región hay al menos 183 millones de personas en situación de pobreza, de los cuales México contribuye con alrededor de 36 millones (19.6%) 
de todos los pobres de América Latina.

<<Artículo 25: “Toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado que le asegure, así como a su familia, la salud y el bienestar, y en especial la alimentación, el vestido, la vivienda, la asistencia médica y los servicios sociales necesarios…”>>
<<Artículo 26: “Toda persona tiene derecho a la educación. La educación debe ser gratuita, al menos en lo concerniente a la instrucción elemental y fundamental…”>>
Dolorosamente, más de un artículo es quebrantado.
La pobreza no es solamente falta de ingresos económicos, pobreza es despojo de derechos humanos para una vida digna, pobreza es falta de comida y de vivienda, pobreza es discriminación y racismo, pobreza es analfabetismo.




"En un país dominado en su totalidad por los intereses políticos y económicos de quienes nos gobiernan, no podemos propiamente hablar del respeto a los Derechos Humanos."




¿Eres parte de la solución?

Tenemos claro que el gobiernos junto con sus dependencias son los encargados de proteger y no violentar nuestras garantías individuales, pero también sabemos que si bien no son nulos, si son insuficientes las acciones que están llevando a cabo para garantizarlos.
Existen un sin número de asociaciones no gubernamentales y sin fines de lucro que hacen mucho bien a los individuos más vulnerables en lo referente a derechos humanos, a ellas son a las que debemos de reconocer y de aplaudir, no a los gobernantes, los que con sus acciones nos dicen que adherirse, firmar o ser parte de esta declaración quedó en eso, en solo una firma y una fotografía para el álbum de recuerdos.
No podemos quedarnos de brazos cruzados al ver que el Estado no está haciendo mucho en esta materia, que no nos límite el hecho de saber que son ellos y nadie más que ellos los únicos responsables de la deficiencia en materia de los derechos universales. Ahora que tanto hablamos de crisis económica y de salir de ella propongo cambiar de norte y trabajar colectivamente para acabar con la crisis que verdaderamente nos está acabando, la crisis de los derechos humanos.


“La menor minoría en la tierra es el individuo. Aquellos que niegan los derechos individuales, no pueden llamarse defensores de las minorías”
  Any Rand