By Andrés Saldívar Martínez.
El pasado 13 de abril despertamos
con la noticia de que nuevamente una de las candidatas del PRI al Senado por
Nuevo León se ve forzada a regresar a su puesto anterior como Alcaldesa de
Guadalupe, municipio de la zona metropolitana de Monterrey.
Desde un punto de vista ciudadano
esto debe ser celebrado e incluso promovido y aplicado a los otros candidatos,
sin distinción de partido, que se encuentran en situaciones similares a las de
Ivonne Álvarez, que bien sabemos que en el actual contexto electoral, sobran.
Gran parte del problema actual
con el sistema político mexicano y que explica el alto grado de descontento
social y ciudadano con él, así como su ineficacia, es que los votantes no se
sienten (y no están) representados por sus legisladores o presidentes
municipales, senadores y demás políticos en cargos de elección popular. Esto se debe precisamente a
que la clase política mexicana no está vinculada efectivamente con las demandas
de la ciudadanía que los elige y en cambio sí lo está y de manera excesiva con
sus respectivos partidos políticos. Al separarse de la ciudadanía vive en un su
propio mundo de salarios excesivos, caprichos y
privilegios ostentosos.
El embrollo legal en el que se
encuentra Ivonne Álvarez así como el Cabildo y
Ayuntamiento de Guadalupe no es más que una consecuencia de los oídos
sordos que la clase política mexicana presta a la sociedad. Es una consecuencia
de seguir obstaculizando la posibilidad de aumentar la vinculación e incidencia
directa de la ciudadanía en la política através de instrumentos específicos como la
reelección inmediata. Los ciudadanos agraviados y privados de los medios para
llamar la atención a sus necesidades se ven obligados a la búsqueda de otros métodos más
creativos de presión hacia la clase política.
El caso evidencia lo disfuncional
que se ha vuelto el actual estado de cosas tanto para el político como para el
ciudadano. Por un lado la persona que hace una forma de vida la participación
política ocupando cargos de elección se ve forzado ,al final de su periodo, de
saltar a alguna candidatura para un puesto diferente por la imposibilidad
de reelegirse para el cargo que ya ocupa
actividad comúnmente conocida como Chapulineo o Chapulinazo. Dado que las
candidaturas están en poder de los partidos políticos, la vinculación y
actuación del político será en aras de satisfacer los intereses partidistas. Al
mismo tiempo la situación por el lado del ciudadano lo imposibilita para
manifestar su aprobación o desaprobación al desempeño del político en el cargo
a través del voto.Tan al servicio de los
partidos están los actuales funcionarios del Cabildo de Guadalupe que
arriesgan incurrir en delitos penales con tal de permitir que Ivonne siga en
campaña. ¿Qué tan mejor estaría el país si tomaran ese tipo de riesgos en pro
de sus gobernados?
La pasada reforma política
aprobada en el Senado pero luego mutilada en la Cámara de Diputados, preveía romper
con la famosa no reelección inmediata sin embargo a pesar del acuerdo por parte
del PRD y PAN en el tema hubo una fuerte oposición por parte del PRI surgido
desde la bancada de diputados más numerosa, provenientes del Estado de México
quienes respondían al actual candidato a la presidencia de la República Enrique
Peña Nieto. Siendo puntero en las encuestas no se atrevió a permitir un cambio
tan trascendental sino hasta después de tener asegurada la silla presidencial
evidenciado el interés personal por encima del colectivo.
La decisión solo abona a la
extrema tensión que los problemas ejercen sobre el país, como acertadamente
dice el mensaje de niños incómodos: El país ya toco fondo. No hay tiempo.
Inseguridad, secuestro, desempleo, falta de crecimiento entre otros problemas
son resultado en buena medida por la incapacidad de la clase gobernante de responder
a la necesidades de la ciudadanía y mientras ni siquiera exista una forma
efectiva de castigar o premiar el desempeño de funcionarios por parte de sus
gobernados seguiremos en una espiral de decadencia hasta que la democracia
pacífica en el país se vuelva inviable. Como ya hay indicios de que ha
comenzado a suceder. Si es que Peña Nieto se asegura la silla presidencial y
tiene la intención de asegurar gobernabilidad se tendrá que apresurar para
revertir actitudes y decisiones previas, so riesgo de generar un choque de
trenes entre las élites gobernantes y la sociedad misma como ha mencionado
Lorenzo Meyer.
Evidentemente la posibilidad de reelección inmediata no resuelve los
problemas del país pero si sería un buen inicio en la construcción de métodos
de rendición de cuentas. Por otro lado tendría que haber reservas a esta
posibilidad de reelección inmediata. Se debería permitir que solo sea un número
limitado de veces y que incluya
presidentes municipales, senadores, diputados locales, y únicamente diputados
federales uninominales dado que de incluir los plurinominales se arriesga a un
enquistamiento en el poder por parte de personajes nocivos promovidos por los
partidos como advierte John Ackerman. En caso de permitir la reelección
inmediata de diputados federales plurinominales se debería exigir la apertura
de las listas lo cual no ocurre hoy. Es insultante como nos indica el
politólogo José Merino y otras organizaciones que México es la única democracia
del mundo que simultáneamente prohíbe la reelección inmediata y candidaturas
independientes de los partidos políticos.
Al final a pesar de aprobarse la reforma
política y de promover el hecho como un triunfo en la propaganda oficial de la Cámara
de Diputados, la realidad es que se aprobó una broma de lo que inicialmente
contenía la reforma y simplemente abona a la frustración de la ciudadanía con
su clase política más empeñada en satisfacer a los partidos y sus intereses que
los de la colectividad ciudadana.
Es por ello que Ivonne Álvarez
haría bien en dejar de tomarse la demandas ciudadanas como una agresión
personal y en su lugar debería sacar su frustración en contra de su mismo
partido y pedir que se flexibilice en cuanto al tema de reelección inmediata y
de paso recomendar que dejen de usar argumentos en contra de ello iguales a los
que utilizaban los priistas en la década de los treinta como señalado por José
Antonio Crespo.
Por otro lado recuerdo un pequeño
dialogo que sostuve con la columnista y politóloga Natalia Szendro, y aunque
coincido en estar en desacuerdo con la llamada de Javier Sicilia a anular el
voto en la elecciones de 2012, por otro lado apoyo la decisión de este en
rechazar un oferta por parte del PRD a el poeta para ser legislador en el
congreso. Como señalé a Natalia en su momento, el problema radica en que
mientras no cambien las reglas del juego es muy difícil poder ejercer una
influencia en el congreso formando parte de él. Ya hemos visto como personajes
en principio un tanto más cercanos a la causa ciudadana acaban siendo comidos
por los partidos como es el caso de Santiago Creel o el más reciente de Isabel
Miranda de Wallace. Efectivamente la verdad es que mientras no cambien las
reglas del juego se ejerce una mejor presión desde afuera para que precisamente
cambien estas reglas del juego.
Es por ello que prestaremos
atención al caso de Ivonne Álvarez y Fernando Larrazábal porque a falta de
instrumentos la ciudadanía no se ha quedado de brazos cruzados y al contrario
ha optado por informarse, organizarse y utilizar los recursos actuales que la
legislación le permite, que anteriormente ya sea por miedo o ignorancia no se
había utilizado.