Panorama Mundial

domingo, 16 de octubre de 2011

Lobos en Traje de Cordero

Lobos en traje de cordero
Diego López de Aviles

Estoy en desacuerdo con lo que dices,
pero defenderé hasta la muerte tu derecho a expresarla
Frase atribuida a Voltaire


Segunda parte.  El sentido crítico

El periodista responsable es quien informa, critica, lee y conoce sobre los hechos que ocurren en la sociedad. Ser periodista implica una serie de riesgos que van desde la censura hasta el asesinato. Mas ¿cómo quitar ese dejo de miedo? Quizá caiga en una actitud romántica, pero cierta: el periodista es arriesgado, audaz e inteligente, añadiéndole a esas etiquetas una más: la conciencia lingüística. Con ello, no sólo quiero decir que sean pulcros en la forma, sino también en el contenido, buscando la manera de congeniar estos dos aspectos. Al periodista, en este sentido, a lo largo de su educación, se le ha dotado de conocimientos previos (teóricos), utilizando un lenguaje periodístico adecuado, donde se aleja a los juicios de valor y se enfoca al análisis formal o informal de los hechos.
                En la primera parte señalé sobre el mercado y la violencia, como también el uso del morbo para la venta de los periódicos y, al mismo tiempo, dejé algunas preguntas relacionadas con la ruptura de esa actitud de vender más, utilizando el morbo. Hago un señalamiento al respecto, más bien una preocupación: ¿es adecuado el periodismo donde muestran las fotografías de los cuerpos o el dolor de las víctimas del narcotráfico (específicamente)? Ante esto, mi actitud, tal vez sea la esperada: no es adecuado este tipo de periodismo, precisamente porque se utiliza el morbo —claro, aquí hay un atorón que me considero incapaz de responder: la sociedad actual es visual y la imagen es utilizada para lograr un mayor impacto, en cierta manera se explica el uso del morbo para la venta de los periódicos.   Esto me lleva a relacionarlo a una pregunta que, como escritor, siempre me hago: ¿hacia qué público me dirijo? Algunos periódicos optan por un público más abierto, donde cualquiera pueda acceder a la información; otros optan por uno especializado, que conozco más sobre la situación. No me meteré en el público especializado, puesto que no me interesa.


" Renunciar a lo material, a lo banal y defender la moral y la ética"

                Me atrevo a escudarme bajo la postura ilustrada, en cuanto a la educación y a la información. El Ilustrado opta por el acercamiento de la ciencia y de las artes al pueblo empleando un lenguaje accesible, sencillo. Añadiendo, no está de más, el uso de las nuevas tecnologías, tales como el blogger, el podcast, las redes sociales y el cine documental. Siguiendo la reflexión: el público que adopto es uno más cercano amplio, bajo ciertas características: que sepa leer y comprender, cuyo nivel cultural sea básico. Esto hay que manejarlo como una hipótesis, puesto que, por lo regular, el público mayormente socorrido es aquel conformado por varones, maduros y blancos —la mayoría de los programas televisivos se enfocan al público masculino donde sólo se incluyen a las mujeres que servirán de mero entretenimiento visual. La propuesta es ampliar los horizontes, incluyendo a las mujeres y a las minorías (indígenas, homosexuales, sólo por decir algunos ejemplos). La pregunta es el ¿cómo?: usando una lengua estándar, fácil de acceder. El periodista, en esta situación, debe optar por la creatividad, puesto que se enfrenta con problemas: 1) el lector no tiene el mismo conocimiento —más o menos preparado —, 2) la cuestión económica del lector y 3) el medio (Internet o en papel) para acceder al periódico. En cierta manera, dejo al periodista hacer sus hipótesis y, por lo pronto, a manera de juego, propongo el mío.
Añadiendo a los datos anteriores, la ruptura del morbo como medio para acercarse a las lecturas se hace cuando el periodista opta por una postura crítica, ética y profesional, dejando de lado las cuestiones financieras y políticas en las cuales se ve inmerso. ¿Cómo hacerlo? Me pongo el traje del filósofo estoico: renunciar a lo material, a lo banal y defender la moral y la ética. Claro, el periodista debe ser consciente sobre la fuerza y el valor de la palabra. He ahí mi insistencia en la conciencia lingüística, la cual es el adecuado uso del lenguaje para cierto público y determinadas situaciones, como también crítica. Me valgo, a manera de ejemplo, la postura de Octavio Paz con respecto al periodismo: él diariamente leía cinco periódicos diferentes para conocer las diferentes posturas de los hechos, puesto que creía en la crítica para construir una adecuada postura, bien informada y con sólidos argumentos para defender.
Para romper el círculo del morbo es, como conclusión, optar por un periodismo crítico, responsable —bien informado y argumentado—y, sobre todo ético, dejando de lado los intereses políticos y económicos. Para esto, se puede emplear el uso de las nuevas tecnologías como también de las viejas.