Panorama Mundial

martes, 28 de diciembre de 2010

Carta al Gral. Emiliano Zapata.

“Mi querido General”

Por: Luisa Carolina Vega Rivas

09 de octubre 2010
Mi querido general:
Le tengo noticias urgentes y de último momento. Nuestro México está herido, está sangrando, y no podemos resignarnos sin antes haber luchado con todos los medios a nuestro alcance. A un siglo de distancia y donde quiera que esté, me siento obligada a informarle a usted, mi general, que la lucha no ha terminado. Tenga presente mi general, que pudieron matar al hombre, más no a la idea, y aunque el tiempo haya pasado de largo, aquí seguimos, orgullos mexicanos al pie del cañón, dispuestos a seguir librando su batalla. La misma que inició usted, mi general, que siempre buscó que se hiciera justicia, darle México al mexicano, al pobre lo que es del pobre, la tierra al campesino que la trabaja y para todos, todo.
Cuente conmigo, mi general, para marchar en las filas revolucionarias que conducen al bienestar común. Usted encabezó la Revolución armada hace cien años, y hoy, yo me comprometo a pelear sin tregua por la misma justa causa, pero con distintas herramientas, a luchar con educación, con preparación e integridad. Que no haya fuego, que de eso el pueblo ya está cansado, que la batalla se libre con compromiso, solidaridad y determinación de establecer el México de oportunidades que todos queremos. Que dejemos de buscar culpables, que mexicanos somos todos y ya basta de apuntar con el dedo, que el verdadero cambio nace dentro de nosotros y de nuestro amor por la tierra que nos vio nacer.
 Debemos recuperar nuestro México, ese que tanto nos ha dado. Nos brindó tierra firme y un cielo estrellado, campos fértiles y ríos acaudalados. Me ha enseñado tanto mi tierra mexicana, que no podría simplemente dar la espalda y olvidar. Y me duele mi general, me duele el dolor de mis hermanos, me duele porque todos somos mexicanos y sufrimos por igual. Nos han atacado mi general, hay intrusos que nos impiden la vida en paz, y debemos hacer frente a esta inseguridad que no nos permite avanzar.

Usted y yo, mi general, no somos tan diferentes, a pesar del tiempo y el espacio, compartimos el mismo amor por la patria que nos impulsa a luchar por poner bien en alto el nombre de nuestro México. Compartimos el mismo romance con nuestro pasado y la misma sed de superación, el mismo deseo de seguir habitando “en el ombligo de la luna”, en este suelo que ha sido casa de los grandes héroes que marchan a su lado en esta cadena de evolución que nos gusta llamar historia.

Permítame mi general, caminar a su lado en esta lucha interminable, dispuesta a morir en el intento de hacer de mi México el país de los justos, de los guerreros que algún día fuimos, de extender a lo largo y ancho del mundo esa grandeza que algún día nos distinguió, que aún cuando tanto se nos ha arrebatado, tenemos el más grande tesoro: somos mexicanos.


 A sus órdenes por siempre mi general,
Carolina Vega.

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